domingo, 14 de febrero de 2016

Por la conservación del patrimonio de la Guerra Civil en el Parque del Sureste

 
Un incendio se llevó por delante, a finales de julio de 2015, unas cuantas hectáreas de pinos y matorral del Cerro de Coberteras, en Rivas Vaciamadrid, en una de las zonas valiosas del Parque Regional del Sureste. Un cambio repentino del viento y los medios aéreos de extinción, evitaron que el fuego arrasara una de las principales masas forestales de la zona. Pero cuando parecía que lo peor había pasado, llegaron las actuaciones de "restauración" de la zona quemada y arrasaron con todo aquello que no había sido pasto de las llamas.

La maquinaria pesada utilizada para llevarse la madera muerta y otras actuaciones de acondicionamiento del terreno han provocado daños irreparables en los restos de patrimonio histórico-cultural de la Guerra Civil presentes en el cerro. Cientos de metros de trincheras y otras construcciones militares de la batalla y frente del Jarama han desaparecido bajo las maquinas. Ningún responsable en la gestión del espacio protegido ni ningún responsable en la gestión del patrimonio les importó que los restos militares de la contienda del año 36 estuvieran protegidos bajo la Ley de Patrimonio de la Guerra Civil e inventariados por el Ayuntamiento de Rivas.

Aspecto de las mismas trincheras del Cerro de Coberteras antes del incendio y después de las actuaciones de restauración. Fotos: Grupo de Investigadores del Parque Lineal del Manzanares

Convocados por un puñado de entidades de defensa del patrimonio y otro puñado de entidades defensores de la naturaleza, cerca de un centenar de bípedos (acompañados de unos cuantos cuadrúpedos cánidos) nos citamos bajo el Cerro de Coberteras para mostrar nuestro rechazo a estas lamentables actuaciones. El tiempo no estaba para bromas, lo mismo que el personal. Negras tormentas agitan los aires, comentó uno que por allí estaba.

Los representantes de las entidades defensoras del patrimonio histórico nos contaron la barbarie de la actuación realizada por la Comunidad de Madrid, sus terribles consecuencias y las denuncias que han puesto en varias instancias regionales. Las obras se han parado, hasta que se valore la situación. A buenas horas mangas verdes...

Los representantes de las entidades defensoras del patrimonio natural nos contaron lo inadecuado de actuar en la zona quemada para intentar reforestarlo, ya que suele tener efectos contarios a los perseguidos. Puede comprobarse en las zonas quemadas años atrás en La Marañosa y que no tuvieron intervención humana: el bosque se ha regenerado rápido, diverso y denso; allí donde se reforestó, el bosque va lento, pobre y sin alma.

"¿Pero por qué actuar si el bosque mediterráneo está acostumbrado a regenerarse tras un incendio? ¿Tendrá que ver con el negocio que se mueve con actuaciones forestales?", preguntan entre el público.  El que allí habla no puede contestar categoricamente, pero le viene a la mente las decenas de trabajos forestales realizados en el Parque del Sureste que han significado cientos de miles de euros de dinero público despilfarrados, en repoblaciones donde no ha sobrevivido ni el 5% de la planta. Los ejemplos son muchos: Velilla de San Antonio, Rivas, San Martín de la Vega, Aranjuez, Valdemoro...

Allí mismo, donde están, se levanta un cementerio de protectores de árboles, que no tienen nada que proteger porque casi la totalidad de lo que se plantó en el Soto de las Juntas está muerto. Falta de mantenimiento, especies inapropiadas, plantaciones fuera de calendario, desidia... pero eso sí, mucho dinero movido y repartido entre varias empresas. La Consejería de Medio Ambiente no ha querido informar sobre estos casos, no sabemos si porque hay algo que esconder.

Terminadas las intervenciones los que allí están ya no saben si son defensores del patrimonio cultural o defensores del patrimonio natural: son defensores del patrimonio, sin apellidos. El patrimonio es de todos, las administraciones tienen el deber de conservarlo y dejarlo intacto para que las futuras generaciones puedan contar con él. Se ve que hay gente en la Administración Regional que no se entera.

Llueve y ventea con rabia. Un protector de árboles se lo lleva el viento.

Defensores del patrimonio natural, histórico, cultural y artístico
Cementerio de protectores. Al fondo el cerro de Coberteras
Cerro de Cobertereas desde la laguna de las Juntas. Puede apreciarse las "cicatrices" abiertas por la maquinaria tras el incendio
Qué hay detrás de la conservación
La Casta, mano a mano
Fortín del frente del Jarama, bajo las aguas del río

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