domingo, 31 de enero de 2016

Basura y escombros en las lagunas de Arganda



La laguna de la Playa Atómica fue en los años 90 un ejemplo de permisividad de actividades ilegales por parte de la Administración Regional. Durante dos años se realizó sin mayor problema, un negocio de motos acuáticas en un espacio que debía destinarse a la conservación. Antes y después de esto fue destino de centenares de toneladas de escombro que todavía es fácil de ver en todo el perímetro de la finca. Hoy, es un paraje donde pescadores sin concienca depositan su basura sin que a nadie le importe ni les oportune..., a pesar de estar en un humedal de uno de los espacios protegidos de la Comunidad de Madrid.

Las palabras sabias son escuchadas con atención
Un año más nos dimos cita "el quinteto" de ecologistas tozudos (ARBA, El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo) en esta laguna, situada junto a la Laguna del Aceite. Hace un sol y una temperatura impropias de esta época del año. El suelo está reseco, duro y polvoriento, como el pellejo del bueno de Simón. Este prohombre del ecologismo madrileño alecciona al personal sobre lo inapropiado de hacer plantaciones en estas circunstancias metereológicas y nos enseña, con rigor y didáctica, a hacer esquejes de tarays y sauces para ser "pinchados" en las cercanías de la lámina de agua. Unos pocos se dedicarán a plantar esquejes y el resto a ejercer de eco-basureros.

Los congregados se meten el codo por coger cuanto antes bolsas y guantes, con los que limpiar los residuos de estos pescadores sin mente. La actividad es frenética. No hay quien no baje el espinazo para recoger todo lo imaginable: sillas, pañales, botellas y latas de cerveza, latas de maíz, un cacho de caña de pescar, una piscina hinchable, una trucha salvaGe salvada de la barbacoa, hierros, cazos, zapatillas, truños de plástico, juntas de culata, cartuchos, un bote de pepinillos en vinagre y cien guarrerías más que no podemos reproducir aquí. Los que están son voluntariosos, válidos y capaces, pero todos echan en falta a Pepito, recuperándose de la batalla...

Verificando al cormorán cadaver
Un ojo avizor encuentra un cormorán muerto. Suerte que allí estaba Pancromo, veterinario sin fronteras, que le echa un vistazo y nos da su diagnóstico: "le han calzado un tiro en el ala y ha dejado seco al bicho. No llevará muerto más de 24 horas". Se da aviso a la autoridad competente, pero por allí no aparece nadie ni con autoridad ni competente que se haga cargo de lo ocurrido con el pobre ave (especie no cinegética cazada en un humedal de un espacio protegido).

Una pareja de tres, que conversan más que curran, hablan de la necesidad de que la Consejería de Medio Ambiente haga acciones urgentes en los humedales del Sureste y más en concreto en los de esta zona, La Esperilla. Según dicen (y va a ser verdad) se van muchos miles de euros en actuaciones en lugares que están bien conservados y mientras el resto está sumido al olvido y a la degradación. Comentan que en la laguna del Aceite se van gastar varios millones para ser limpiada y restaurada, pero que con un poquito más, bien se podría adecentar todo el entorno... El trío se aleja cabizbajo. Uno recuerda la laguna de Casasola recientemente incenciada y roturada; otro le replica que en Velilla están muriendo cientos de peces porque no se gestionan las lagunas; el tercero recoge un cacho de uralita de suelo y blasfema contra la autoridad.

Queda acercarse a la laguna del Aceite. Ya sabemos el aspecto de ciencia-ficción del paraje y del olor que desprende. Pero hay cambios en el panorama. Se están llevando el aceite, que es bombeado a camiones cisterna que se lo llevan a incinerar a no se sabe dónde. "Es trasladar el problema que aquí tenemos para que se lo traguen los pulmones de otros", comenta una lengua afilada. "La Administración se niega a decir cuál es el destino de todo esto..., aunque todo parece que se lo llevan a La Sagra toledana".
Laguna del Aceite.

Algunos, al ver que se están llevando el chapapote, recordaron a la anterior Directora General de Gedesma, Nerea Alzola, que dijo años atrás, públicamente en esta misma laguna, que ese aceite no se podía retirar en camiones porque era tan ácido que rompería las cisternas (para saber más sobre esta honorable mujer, pincha aquí, no te lo pierdas). Una de tantas mentiras y engaños que la Administración ha contado sobre este sitio... ¡y las que nos quedan por oir!

Buscando un bar donde refrescar la garganta nos alejamos de este no-lugar. Un poblado de infraviviendas se levanta junto a otra laguna protegida... Continuará... (porque es una historia sin final a la vista).
Foto de familia de los congregados

Esforzadas quitadoras de truños

Esquejando

Escombro depositado en la orilla de la Playa Atómica

Más escombro

Escombro y basura en el fondo
Amianto (Uralita), procedente del negocio de las motos acuáticas

Confraternizados por la basura

Infraviviendas junto a la laguna de La Esperilla



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