sábado, 26 de noviembre de 2016

Bellotada en Ambite

Hoy grameros, arberos y fauna local, nos hemos reunido en Ambite para, a pesar del gris y lluvioso día, reivindicar los valores del futurible Parque Regional del Valle del Tajuña.

Éramos bastantes los valientes que, a pesar de las inclemencias del tiempo, nos hemos acercado a plantar encinas, quejigos y bellotas en el antiguo vertedero, muy bien acompañados por los chicos del taller de empleo de Ambite, y por Eva, la alcaldesa del pueblo.


Después del café matutino, hemos cogido bellotas, plantones y azadas y hemos caminado hasta el lugar de la plantación, donde Simón ha hecho una demostración con mímica sobre como plantar un arbolito, mientras teníamos traducción simultánea al francés, para los chicos del taller de empleo y algún romántico despistado.


Siguiendo las instrucciones, hemos repoblado con plantones y bellotas toda la zona. Algunos han doblado el espinazo, otros no.


Después, hemos vuelto al pueblo a tomar un piscolabis mientras esperábamos el cuscús que habían preparado los chicos del taller de empleo.

El Ayuntamiento de Ambite, muy generosamente, nos ha ofrecido un local para refugiarnos de la lluvia, y ha convidado a la bebida a los esforzados bellotaris.


Para terminar la jornada, el responsable del taller de empleo de Dianova, nos ha resumido sus proyectos, en en marco de los cuales han incluido esta actividad ambiental.



Como el ciclo de la vida, los cansinos hemos terminado como empezamos, tomado un último café (y alguna cosa más) antes de irnos a casa, con la sensación de que el proyecto avanza, y de que cada vez implicamos a más personas e instituciones del valle. 

¡¡VALLE DEL TAJUÑA, PARQUE REGIONAL!!







domingo, 23 de octubre de 2016

Valle del Tajuña, Parque Regional



Los colectivos ARBA, El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo nos hemos juntado en Orusco de Tajuña para solicitar la creación de un Parque Regional en toda la parte madrileña del valle del Tajuña. La zona tiene valores suficientes para dotarla de la máxima protección regional. Además se trata de una comarca en la que la depredación urbanística y de infraestructuras no ha podido hincar sus garras y contiene poblaciones con una marcada estructura rural y agrícola. Proteger este valle podría significar un impulso a iniciativas sociales y económicas basadas en el respeto al medio ambiente y en el fomento de los productos locales y de calidad.

El tiempo no acompañaba. Más bien, es difícil pensar en que pudiera ser peor. Lluvia, lluvia y lluvia por los cuatro costados. Aún así, un puñado de militantes ecologistas (que, o bien están entre los más valientes militantes ecologistas del planeta, o bien no tienen amistades y se aburren mucho, o bien les han echado de sus casas) se han reunido en Orusco de Tajuña para mostrar sus intenciones de proteger el valle del Tajuña con la figura de Parque Regional.

Las líderes de la movilización, mostrando sus armas
La verdad sea dicha, han podido mostrar poco, porque salvo los allí movilizados en la plaza y una mujer que corría en dirección a misa, allí nadie se ha dado cuenta de que pedían nada. Pero así es de dura la vida del militante ecologista y no es espacio ahora para mostrar nuestras penas. Aun con todo, el día ha sido de buen provecho y entretenido para los congregados.

Protegidos por la lluvia en un bar (ya sabéis, a estos lo que les gusta realmente son los bares y no otra cosa) se ha hecho una asamblea quinceemera, en la que la casta ha explicado a la concurrencia los objetivos, la estrategia y las movilizaciones previstas. Como había consenso en todo, el funcionamiento ha sido muy democrático, salvo una vez en que alguien ha propuesto una cosa sin sentido de la que ya ni nos acordamos. El servicio de orden se ha llevado a dicho individuo y le ha encerrado en el coche de Darío.

El espíritu del 15M vuelve a las plazas. Esta vez en el bar de Orusco
Como novedad en la Asamblea ha surgido la voluntad de ARBA Bajo Jarama en reconvertirse en GRAMA Bajo Jarama si no se establecen cambios de orden en esa organización. Pese a todo, el amor y el cariño han sido los sentimientos más visibles entre los asamblearios.

A la derecha, GRAMA Bajo Jarama, junto a la casta de El Soto, que no sabemos qué mira.
Tras la chapa de la casta, los más animosos se han ido a dar un paseo por los caminos jarreosos. Los más casposos se han quedado en el bar conversando sobre los valores del Tajuña, la viabilidad de nuevas poblaciones de anfibios en la zona, el descenso de los individuos de condorniz y tórtola común desde el año 86 y la viabilidad de la trucha salvaGe en el alto Tajuña.
¿Meter sardinas en lata, es también progreso?

Maya pidiendo turno de palabra en la asamblea

Militantes grameros

Militanes arberos

Mostrando la mejor revista del ecologismo en el mundo

Cambiando el mundo
La Casta entre las Castas: (de izquierda a derecha) GRAMA, ARBA y GRAMA Bajo Jarama

Cara pan 1, cara pan 2
 

domingo, 16 de octubre de 2016

En la reserva natural fluvial del río Jarama

Hemos vuelto a la reserva natural fluvial del río Jarama, ese tramo del principal río de Madrid, que se conserva libre y a salvo de presas, vertidos de importancia, urbanizaciones y degradación en general. Aquí Ecologistas en Acción está haciendo un proyecto para involucrar a la gente en su conservación y conseguir que se preserven sus valores en el futuro. Con la ayuda de todos los colectivos y personas, se consigue. Fijo.

La Hiruela, 11,00 de la mañana. Unos de aquí al lado, otras de allá un poco más lejos, aquéllos de allende el Jarama, aquéllas de más cerca todavía... Con un café en el estómago nos vamos congregando en la plaza del pueblo. Existe ansia viva por saber qué es una reserva natural fluvial. No se habla de otra cosa en los corrillos. Entre los presentes podemos identificar a gentes del lugar, pero también a los colectivos de Ardea-Ecologistas en Acción Sierra de Ayllón, ARBA Tramo Medio del Jarama, Jarama Vivo, ARBA la Vieja, GRAMA, Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid, la Asamblea en Defensa del Tajo de Aranjuez, la presidenta de UMH...
Las masas están ansiosas por saber. Solo pueden ser contenidas con el conocimiento.
11,30 h. La plaza es un hervidero. Un tirillas vestido de gris alza la voz y nos cuenta que las reservas naturales fluviales son los ríos muy bien conservados que se protegen para que nadie pueda alterarlos (porque desaprensivos hay muchos en nuestro país, ávidos de verter, dragar, desviar, canalizar, represar, urbanizar y destruir). Ahora hay 82 tramos de ríos declarados reservas naturales fluviales y el tramo alto del Jarama es uno de ellos; el único que pasa por la Comunidad de Madrid. Nos dice el tirillas que hay pocos ríos tan bien conservados en el sur del Sistema Central y que harían falta más “ríos vivos, con agua para la vida”. Un arbero, una ecologista-en-acción y una gramera se miran de reojo y dicen en pensamientos al unísono: “Jarama Vivo”.

12,00 h. Molino harinero de La Hiruela. Hay usos y actividades que han tenido una relación estrecha con el río y que han creado un lazo de unión fraternal entre personas y medio fluvial. Una de ellas han sido los molinos hidráulicos que se repartían por el alto Jarama, donde gentes de toda la comarca llevaban allí su grano para molerlo. Por suerte aquí existe el único molino harinero rehabilitado de la región y tenemos oportunidad de verlo y que nos expliquen su funcionamiento. Nos cuentan todo sobre el molino, salvo la historia rosa entre el molinero, la molinera y las gentes del lugar.
No nos obliguen a comulgar con muelas de molino
12,30 h. Caminamos al fin por la ribera. El tirillas de Ecologistas en Acción nos cuenta la importancia y los valores del río Jarama. Aquí tiene muy buen estado ecológico, todo lo contrario que su curso bajo, donde sus aguas son una cloaca a cielo abierto. Hay nutrias, mirlos acuáticos, bichos acuáticos que son una pasada de raros, truchas salvaGes de raza castiza..., rodeados de una vegetación de ribera de lo más diversa e interesante: sauces blancos, negros y salvifolios; abedules; serbales de cazadores y blancos; avellanos; álamos temblones; arraclanes; alisos; hayas; robles; brezos hidrófilos; fresnos angustifolios y excelsios... Mogollón.
Avellaneda

13,30 h. No todo es fantástico. El ganado humano y el ganado vacuno alteran con su pisar, sus hábitos y sus inmundicias algunos lugares del río. El enteradillo nos explica que Ecologistas en Acción está haciendo un proyecto para establecer unas medidas de gestión para la reserva natural fluvial. Están consultando a la población local, para que entre todos tirar del mismo carro para la conservación del río. En ello están, no sabemos si les harán mucho caso desde las altas esferas de la administración, pero que por ellos no sea, son buena gente.
Ganado humano escuchando sobre el ganado humano

14,00 h. Subimos al Cardoso de la Sierra. Hay un buen bar donde refrescar las gargantas secas. Los excursionistas proceden a exaltar su amistad. Hasta las abstemias parece que beben cerveza.
Eje Mahou-Madrid-Aranjuez
15,00 h. Es hora de mover el bigote, junto al río que nos une, bajo la avellaneda en la ribera. Hay queso del bueno, tortilla hecha con amor y bocata de choped. Manjar entre manjares. Uno duerme bajo el arraclán. Una lavandera cascadeña busca bichillos en la orilla.

16,00 h. Cada cual ha ido volviendo como buenamente ha querido hasta La Hiruela. Organización la justa y necesaria. En el bar del pueblo dan buenos cafés. Tan buenos como el río y la tierra que se ha pisado hoy. Habrá que seguir luchando para que se conserve así; habrá que seguir luchando para tener unos buenos ríos vivos, con agua para la vida.

Estos solo son felices en el bar

Blablablablabla

¿Qué pasó con el molinero y la molinera?

Predicando en el día del señor




lunes, 3 de octubre de 2016

Paseo botánico por Los Carriles (Alcobendas - donde pretenden hacer 8.600 viviendas nuevas).



El pasado domingo día 2 de octubre nos reunimos para protestar por la aprobación del proyecto de construcción de 8.600 viviendas junto al Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares con ganas de conocer un espacio que, si no lo paramos, tal vez en breve pase a engrosar las junglas de edificios de nuestra capital. 
 
Salimos a las 11.00 de la estación de Valdelasfuentes bajo un precioso cielo azul de… ¿otoño?

Vamos con buen ánimo esperando que nos expliquen las razones del enésimo pelotazo urbanístico. ¿No hay viviendas vacías en Alcobendas? Ah, parece que sí, la PAH de Alco-Sanse informa de un stock enorme de viviendas vacías. Entonces, ¿para qué necesitamos construir más? Ah, bueno sí, se me olvidaba. Hay constructores que necesitan pagar los colegios privados de sus hijos, los amarres de sus yates, las inyecciones de bótox, los bocadillos de caviar… todos productos de primera necesidad. Y por supuesto, siempre hay políticos esperando llevarse un pellizquito de cualquier promoción inmobiliaria que se precie.

Una breve pausa para que Paco (ARBA) nos explique la trayectoria del proyecto

Tras la introducción de Paco nos sumimos en la confusión. Parece que PP e IU han pactado para llevar adelante el proyecto. El único concejal de IU en el ayuntamiento, Juan Bautista Esteban, da su aval al proyecto aduciendo que Alcobendas necesita vivienda social. Curioso que no se pueda hacer esa vivienda en otras zonas de Alcobendas disponibles cuyo suelo no sea propiedad de, entre otros, el Arzobispado de Madrid. Curioso que un representante de un partido de izquierda (IU-Los Verdes, se llaman, ¿no?) no ponga la defensa del medioambiente en su agenda con argumentos populistas como la vivienda social. ¿Construir vivienda social nueva que se acaba pagando a precios de mercado cuando hay un inmenso parque de viviendas vacías? Ayayay, Juan Bautista Esteban, que se te ve el plumero. 


Subimos un repechito reflexionando sobre el proyecto

Los Carriles es un espacio abierto para pasear o ir en bici, con unas cuantas pequeñas explotaciones agrarias aquí y allá. La vegetación, ahora seca, es abundante. Aún es posible encontrar pastoreo en la zona, para deleite de papás y niñas urbanitas. Se pueden coger moras y avistar aves rapaces.

Las ovejitas, el Retorno

Los Carriles nos conduce a Valdelatas, donde podremos disfrutar de una rica sombra. Al acercarnos un poco ya podemos ver el oasis verde que representa, tan cerca de nosotros. Ver las copas de sus pinos y encinas es un lujo. Un lujo mucho mayor que el de los 800 chalets de ídem con vistas al bosque que contempla el proyecto de urbanización de Los Carriles. No obstante, un lujo amenazado. Con la construcción de esta urbanización y el fututo cierre de la M50 por Valdelatas, el bosque peligra. Parece que los políticos, con su visión fragmentaria del mundo, no se dan cuenta de que los ecosistemas sobreviven a duras penas en aislamiento: sin corredores ecológicos, es decir, sin vías de salida y de intercomunicación entre ecosistemas, la vida de flora y fauna de Valdelatas corre peligro. Además, la presión ejercida por la población sobre este ecosistema, ya frágil, será insostenible.



Flora y fauna de los Carriles. Al fondo, Valdelatas.

Llegamos al bosque de Valdelatas a la hora de comer. Hay mucho ambiente, muchas familias de picnic y muchos niños corriendo. ¡Eh, niños, no os acerquéis al agua! En un cartel grandote y viejo pone bien claro: AGUAS CONTAMINADAS. Los arroyos de la Almenara y de la Vega sufren los vertidos de las depuradoras y están que da pena verlos. A pesar de todo, comemos, pasamos un buen rato en compañía y como a las 15.00 la comitiva emprende el regreso. Nos vamos contentos de haber podido disfrutar de un cachito de naturaleza y seguiremos luchando para que no nos la arranquen.


Rosa canina (tapaculo o escaramujo) llena de frutos en Los Carriles. La foto no le hace justicia a la turgencia de esos frutos, ideales para hacer rica mermelada, hummmm.

lunes, 4 de julio de 2016

En el valle del Gévalo


En un rincón de los Montes de Toledo existen dos ríos que son difíciles de imaginar hasta que no los ves: el Gévalo y la garganta de Las Lanchas. Las Lanchas baja desde la ladera del valle del Gévalo por un valle angosto y de fuerte pendiente, en cuyas orillas encontramos algunas sorpresas botánicas (abedules, tejos, acebos, loros, robles...) que nos hacen creer que estamos en alguna provincia norteña; todo ello con tres espectaculares cascadas y sus correspondientes pozas. El río Gévalo, aunque largo y bien represado (herido) en su curso medio, en su cabecera atraviesa un cañón de cuarcitas que es una maravilla para los ojos, con bonitas pozas donde bucean las nutrias del Bolo. Los dos ríos están declarados reservas naturales fluviales (osea, que tienen un caché alto). Arberos, grameros y agregados (arberas y grameras y agregadas) trochamos por estas tierras y estas aguas.

Día 1. Garganta de las Lanchas
 
Las caminatas en verano hay que hacerlas tempranito y con el sol todavía bajo. Vale, empezamos mal... Salimos a las 12,30 desde Robledo del Mazo (nuestra base de operaciones) con un sol justiciero. La subida a la garganta de las Lanchas sucede sin darnos casi cuenta, pues el personal está animoso, fresco y sereno. En las zonas más bajas del valle, las repoblaciones de pinos se han impuesto al robledal, dejando el terreno muy desmejorado, pobre y sin gracia (como alguno que yo me sé).

"Preparaos, que hay 30º de nada... ¿Quién dijo miedo?"
Pero cuando nuestros pies llegan a las proximidades de la garganta, la vegetación (y el alma) mejora. Robles, brezos, algún sauce y arraclanes se hacen con la orilla del río. Pero entre todos estos árboles hay uno que destaca sobre los demás: los loros ¿Loros en Toledo? Sí, loros (Prunus lusitanica). El "enteradillo" nos explica que se trata de una especie de árbol, relicta, un resto de antiguos bosques de niebla del terciario que todavía sobrevive en el fondo de algunos valles peninsulares con unas condiciones de humedad y niebla adecuadas.

Y con los loros, llegaron las cascadas. La primera, muy fresquita, para darse una ducha. La segunda, más amplia, para darse una zambullida. Las notonectas quieren suicidarse tras la entrada de los expedicionarios en el agua. Más arriba, en río se encaja. Tejos, brezos, abedules y acebos crecen en la garganta profunda formando paisajes que recuerdan a climas subtropicales. Los sapos crecen gordos y orondos, como si estuvieran criados en Gózquez de Abajo.
 
Infantes bajo el chorro
Tras la comida hay quien sestea; hay quien crea tsunamis fluviales en las pozas; hay quien se cae al río; hay quien se baja a la segunda cascada... pero solo un grupo de valientes se atreven a remontar el valle. Realmente hay que estar algo tarado para emprender tal empresa, pero ya se sabe que esto es cosa de arberos y grameros (grameras y arberas). Entre los agregados (y agregadas) también los hay aguerridos (y aguerridas). Pues allí van, rumbo al collado del Atalayón, donde se puede divisar el rincón de Anchuras y la grandeza de las rañas castellano-manchegas. Allá, más a la derecha, debe estar Helechosa de los Montes, ese pueblo donde se escribirán en el futuro algunas de las más granadas crónicas. 
Aguerridos y aguerridas

Nuestros pasos deben dar media vuelta. Robledo del Mazo tiene tres bares, famosos en el mundo por su cerveza fría.

Suenan canciones, voces melodiosas, un penalti fallado, otro tercio por favor, corta más queso y un helado de chocolate. La felicidad está en Robledo del Mazo. La chiquillería de la expedición socializa con la población autóctona. Los viejunos se conforman con dormir con un cielo estrellado donde dar reposo a sus cansados cuerpos. 

Día 2. El estrecho del río Gévalo
 
 Tras la vivencia personal de cada cual con la noche (he pasado frío, roncabas, me da la tos, me duelen los huesos, ladró un zorro, no me he enterado de nada, qué habrá sido de nuestra descendencia...) el café llama fuertemente en las puertas del sistema nervioso de casi todos los expedicionarios. Robledo del Mazo no es conocido por grandes desayunos, pero la buena disposición y la austeridad judeo-cristiana con la que fuimos educados nos hacen desgustar con deleite unas galletas y unas tristes magdalenas de bolsa.
Repasando las experiencias nocturnas

Las cangrejeras ya están en los pies de la expedición. Frente a nuestros ojos se abre el estrecho de los Portalillos, donde el ancho valle del río Gévalo se convierte en un cañón de cuarcitas. En las pendientes se agarran las sufridas encinas. Junto al agua, una sauceda-fresneda, jalonada por cárex allá donde hay suelo. El río discurre natural, tal cual lo ha hecho desde miles de años, buscando paso entre las rocas, esculpiendo recuéncanos, dividiéndose en varios brazos donde le viene en gana, creando depósitos de gravas cuando pierde pendiente... Un galápago leproso nos saluda agradecido porque vamos a conocer su hogar.
El río Gévalo, en la entrada de los Portalillos
 
Se emplean varias técnicas para descender el río. Hay quien usa la técnica de me quedo en las primeras pozas y hablamos de nuestras cosas; hay quien usa la técnica de la morsa, arrastrando la tripa por lachas y cantos; hay quien prefiere la técnica del bípedo-andarríos, manteniendo (casi siempre), la vertical. Todas las escuelas son válidas por esta vez. 

El frescor del agua, la sombra de los fresnos y lo natural del paisaje se refleja en los ojos y la sonrisa de los expedicionarios (y las expedicionarias también). Todo es amor y belleza. Los infantes (Leo, Fran y Lucía) se conjuran para regresar algún día a este lugar; Bea y Laura se comprarán a partir de ahora solo camisestas azul cielo; Talma sabe a qué huelen las nubes; Darío hablará sólo en susurros;  Karen hablará sólo a voces; Silvia pondrá una pegatina con la margarita del río Gévalo en su coche rojo; Marta, Esther y Floren serán bienvenidos siempre, porque atrochan como si fueran de la partida de Chaquetalarga; Raúl es la dulzura encarnada en un ser humano.
La Sirenita del Gévalo

Y todo acaba como ya sabíamos que acabaría...De nuevo en el bar. Otra cerveza fría, por favor. La próxima no sabemos si será en un saladar, en un río cacereño o en una laguna infecta, pero sabemos que merecerá la pena.
Las chicas


Sapa común, la tremenda del Gévalo
Cascada primera de Las Lanchas
Averiguando a dónde narices vamos

Vistas del Ríncón de Anchuras desde el collado del Atalayón
Si grabamos un disco, ya tenemos contraportada moña

Tralarí, tralará
 
Cada una ha posado con su mejor cara
 

Los Portalillos
El niño de la guitarra y la bella durmiente