sábado, 25 de abril de 2015

Jornada de actividades en el río Manzanares

El río Manzanares es, en mucha gente, sinónimo de contaminación y degradación fluvial. Ha sido y es la cloaca por la que circulan la mayor parte de los residuos líquidos de la gran ciudad de Madrid. Pero en su zona alta nos encontramos con un río vivo, de aguas cristalinas, que es preciso conservar y cuidar. ARBA, El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA, Jarama Vivo, Plataforma en Defensa del Tajo de Toledo y el colectivo local La Libéluna nos hemos juntado hoy para llamar la atención y actuar sobre este valioso lugar no exento de problemas.

Explicaciones sin par
Los compañeros de ARBA y La Libélula agachaban el lomo recogiendo residuos en todo el tramo urbano del río a su paso por Manzanares el Real, como si les fuera la vida en ello. No es para menos. Basura de todo tipo han cogido en sus bolsones: restos de escombros, una zaptilla vieja, un pañal de una familia muy pulcra, el envase del lavavajillas y hasta el tubo de gel de ese corredor de montaña que tan poco respeta a la montaña. Para que las conciencias de los paseantes queden removidas, si es el caso, van repartiendo octavillas a troche y moche. Hoy, el Manzanares no ha tenido mejores aliados que esta cincuentena de militantes fluviales.
El susodicho río Manzanares

Con la venia de los anteriores, otros sin embargo han preferido actividades menos sacrificadas en lo físico, pero necesarias para ir creando la conciencia ecologista imprescindible para conformar la masa social que mañana tendrá que liderar el cambio político hacia una sociedad menos pedorra (nos estamos flipando, pero queda bien). Grameros corre-ríos, soteños del Jarama, arberos mira-flores, toledanos del Tajo, ecologistas accionistas y alguno que pasaba por allí, caminaban por la cabecera del río Manzanares, al borde del éxtasis ocasionado por el fluir del río entre las rocas, la luminescencia del sol relejada en los gráciles pétalos del Gordoarberus floris y el libre brincar entre pozas de las truchas salva(g)es de la sierra del Guadarrama.

El enteradillo fluvio-gramero, que siempre habla, se vio arropado, en esta ocasión, por algunas de las mentes más lúcidas de la casta del ecologismo chusquero madrileño. El enteradillo soto-pescador, nos contó que las truchas del Manzanares no son más que híbridos de variaedades teutonas soltadas a granel años ha y que, aguas abajo, la fauna piscícola está condicionada por el negocio pesquero montado por el coto local, que actúa arropado y jaleado por la administración regional ("quien quiera carne de pez que se vaya a la pescadería", dijo una voz entre el público).

El enteradillo arbero-miraflor nos mostró el quehacer de iluminados ingenieros que modificaron la vegetación circundante al río, para recrear una formación boscosa que solo debería de existir en las peores pesadillas de Simón (ese prohombre tan venerado entre sus huestes y nunca suficientemente valorado por el mundo). En el furor provocado por la explicación hubo que sujetar (de mala gana) a uno, que hacha en mano, iba a poner orden en el desaguisado forestal provocado por las arizónicas ingenieriles del monte pedricero.

El río liberado
También pudimos ver con nuestros ojos que las demoliciones de presas no sólo son posibles, sino que generan enormes beneficios ecológicos y paisajísticos al río, dándole continuidad y el sitio y la vida que le corresponde. En el Tranco se levantaba una vieja presa construida en tiempos de Paco "Pantanos". La Confederación del Tajo, en una actuación digna de aplaudir, en 2007 mandó al carajo, con 62 kilos de goma dos, los muros obsoletos de la presa de la Camorza y dio algo de libertad al Manzanares. A pesar de que esta presa era "ejemplo del patrimonio industrial español de la época", su demolición solo ha tenido ventajas ambientales y es difícil encontrar a nadie que añore esta construcción (que se tome nota para otros sitos).

Que el río Manzanares discurra entre espacios protegidos no impide su degradación y la presencia de problemas. La de Grama "que nos cuenta cosas sobre los espacios protegidos" nos abrió los ojos sobre las insuficiencias en la gestión y en la configuración del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, la pseudo-protección generada por el Parque Nacional y los efectos de las medidas normativas de los gobiernos neoliberales del PP.
Algunos de los allí convocados, haciéndo un esfuerzo sobrehumano por seguir vivos tras las explicaciones realizadas

Sorteando corredores de montaña, cacas de perro, chiriguitos ilegales, ruidos y coches aparcados, pudimos llegar a la Charca Verde. El río estaba muy bonito, pero lo podía estar más.

De vuelta, se dio un feliz y ansiado encuentro con los limpiadores del río. Abundaron escenas de abrazos, besos e intercambios de palabras cariñosas entre unos y otros. Ya en la plaza del pueblo, se procedió a una lectura íntima y personal del manifiesto "Por unos ríos vivos", un acontecimiento nunca visto.

Por último llenamos las panzas con unas judias hechas con atino, esmero y amor por los chavales de La Libélula y del Bar La Luna (si pasáis por Manzanares, no os lo perdáis, merece la pena esta gente). Las cervezas, los higos toledanos, los cafés y los chupitos hicieron el resto, mientras las mentes calenturientas planeaban las próximas acciones.

¡¡¡Vivan los ríos limpios y vivos!!!

En el bar La Luna, comentado la lectura personal del manifiesto


Especímenes varios

Soñando con lechugueros y arizónicas

Especímenes. Compárese la difencia de tallaje entre el de blanco y la de negro
¿Por qué pone esa cara Bea? ¿Qué puede estar escuchando? (Posibilidades: "El PP volverá a ganar en Madrid"; "Las presas obsoletas del franquismo son un patrimonio cultural e histórico digno de conservar"; "Ya no quedan truchas salvajes como las de antes"; "En las actividades de ARBA-GRAMA no hay lugar para la improvisación y son ejemplos de seriedad y orden"...)

viernes, 24 de abril de 2015

Pacto contra la Especulación urbanística en Madrid

La Plataforma No a este Plan Urbanístico ha promovido un pacto entre los partidos políticos que se presentan al Ayuntamiento de Madrid, con el objetivo de que se comprometan a desarrollar políticas urbanísticas alejadas de la especulación. 

Ya hablamos de ese tema en otra entrada de este blog, referida a la presentación de un mapa de los horrores urbanísticos perpetrado por el Gobierno Municipal a lo largo de su permanencia en el Ayuntamiento, que ya va adquiriendo sensación de condena de por vida.

Recordando la situación general, la falta de tiempo por la cercanía de las elecciones no ha permitido aprobar un plan urbanístico que ‘regule’ y ampare todos los desmanes especulativos que el Gobierno Municipal tenía en mente, así está intentando y en algunos casos consiguiendo tramitar y aprobar, operaciones urbanísticas aisladas pero que en su conjunto suponen una transformación radical de la ciudad, sin que esto conlleve una mejora de las necesidades reales de los barrios.

Estos proyectos suponen la construcción de miles de viviendas, la creación de nuevas zonas comerciales y hosteleras…operaciones que contribuyen a incrementar la desigualdad social y el deterioro ambiental e histórico de nuestra ciudad. La remodelación de la Plaza de España con la demolición del su emblemático edificio, la Operación Mahou-Calderón o la prolongación de la Castellana son solo algunos ejemplos de una panorámica que podéis ampliar en el Mapa de los Horrores Urbanísticos de Madrid


Pues bien, ante la posibilidad de que cambie el Gobierno Municipal (pondremos velas a San Judas Tadeo) y viendo las intenciones para la siguiente legislatura de los que están, por si repiten, la Plataforma No a este Plan Urbanístico, de la que GRAMA es miembro, ha redactado un pacto recogiendo una serie de compromisos dirigidos a los partidos políticos, con el objetivo de que el nuevo gobierno municipal (vamos a ser positivos) se replantee el modelo de ciudad, haciendo partícipe a los ciudadanos en su diseño y toma de decisiones, priorizando la calidad de los barrios y alejándose de los proyectos especulativos.

Así, el pasado 21 de abril se desarrolló en el Colegio Mayor Universitario Santa María de Europa, el acto
oficial de adhesión al Pacto. Asistieron y lo suscribieron PSOE, IU y Ahora Madrid. Sobre las ausencias, la del partido del gobierno se explica por sí sola, ya que sustentan en el modelo especulativo sus principales
líneas políticas, Ciudadanos no dijo esta boca es mía, confirmando su filosofía y posición sospechada por muchos y UPyD comunicó que estaba de acuerdo con casi todos los puntos del Pacto pero como no había participado en su redacción, no lo firmaba (añadiríamos sonido de grillos si se pudiera)


El acto fue denso, con introducción a manos de miembros de la Plataforma e intervenciones de cada portavoz de los partidos asistentes, describiendo un futuro de escena de calendario con playa dorada y puesta de sol si llegaban al gobierno (los dos miembros de GRAMA que asistimos al evento nos mirábamos con ojos entornados y como Silvestre, ligeramente inyectados en sangre).

Cada uno hará luego lo que le venga en gana, como viene siendo habitual en el panorama político reciente, aunque siguiendo con la positividad y teniendo en cuenta como está el patio, aplaudimos esperanzados la buena disposición y declaración de intenciones de los grupos políticos que asistieron (¡Viva la ingenuidad como valor a reivindicar!)

Haciendo gala ya de un positivismo exacerbado, a partir del 24 de mayo, esperemos tener la oportunidad de recordárselo.


domingo, 12 de abril de 2015

Un paseo por el río Aulencia




Una de cal y otra de arena. Así es el río Aulencia. Valles cerrados con una tupida fresneda y sauceda, junto a presas con lodos tóxicos; aguas cristalinas en su cabecera, pero frenadas en el segundo mayor embalse de la Comunidad de Madrid; estrechos pasos casi inaccesibles, enmarcados en un rosario de urbanizaciones... Gentes de GRAMA, de ARBA, de plataformas defensoras de los ríos toledanos, de aquí y de allá, valdemorilleros y colmenarejeños, algún obsoleto, dos chicas perdidas y perros ladradores pero poco mordedores..., hemos recorrido un trecho, lo hemos vivido, lo hemos conocido y hemos dicho que ¡ya está bien de tanta mierda y de tanta vaina!

El río Aulencia nace allá en esos montes rodeados de urbanizaciones que llaman de Abantos, por encima de San Lorenzo de El Escorial. Para quien no lo sepa, un abanto es un buitre, y como tales parece que se comportan los constructores en esta zona, relamiéndose para hincar el diente siempre que pueden a un cacho de la montaña. El Aulencia tiene un aristocrático paso por las cercanías del herreriano monasterio, contribuyendo con sus aguas a dar más gloria a los ángulos armoniosos de los jardines de la Fresneda de la Granjilla. Cosa de poca monta si no fuera porque se le embalsaron sus aguas en cuatro azudes de cuando reinaba Filipo, hoy convertidos en patrimonio histórico.

Todo esto lo aprendemos entre fresnos y sauces, a la vera de las aguas un tanto derrengadas del río.
Más arriba encinas, enebros, pinos, jaras y aulagas se reparten el territorio de monte mediterráneo. Junto al Aulencia es posible encontrar algún chopo erguido, un manzano superviviente y un arce afrancesado. Subimos junto al río, en un terreno que antaño debía inundarse cada año, pero con la domesticación de sus aguas, el Aulencia se va encerrando en sí mismo, enflaquecido y escuálido.

Nos cuenta el enteradillo, que el chungo le llega al río cuando sus aguas son retenidas en el pantano de Valmayor, que almacena hasta 140 Hm3 de líquido vital, que roba al Aulencia para llevárselo a los madrileños diseminados por el territorio regional. Pero, raquítico y apaleado, lo poco de agua que le dejan es de nuevo retenida en la llamada presa de Aulencia, Valmenor o Vieja. Y si lo anterior era malo, lo que le ocurre ahora solo es comparable con los siete males.

Durante muchos años, el deficiente tratamiento que producía la Estación Depuradora de Colmenarejo (gestionada por el Canal de Isabel II), sumado a los vertidos urbanos de la misma localidad, han ido produciendo fangos tóxicos que se han ido acumulando en el vaso de esta presa. Una mezcla muy apetitosa. En 2005, los chicos del CEDEX, hicieron análisis de lo que contenía y vieron que tenían más metales que una ferretería. La parte superficial estaba compuesta por una  "suspensión gelatinosa" (ummmmm, qué rico), compuesta sobre todo por sulfato de aluminio. Además contenía dosis destacables de  bario, cadmio, cromo, cobre, hierro, manganeso, níquel, plomo, vadanio, zinc, mercurio, bismuto y aluminio. En la fracción acuosa de esta suspensión (97%) se encontró además 74 compuestos diferentes entre los que se destacaban: derivados de decanamida, hidrocarburos alifáticos, alquibencenos, terpenos, ésteres de ácidos grasos; en la fracción sólida fueron encontrados 31 compuestos entre los que se destacaba la presencia de azufre, terpenos, hidrocarburos, ftalanatos y alquil-bencenos. Además, en el "sedimento detrítico" habían también valores altos de hierro y fósforo.
Presa del Aulencia


Desde entonces la Confederación del Tajo parece ser que no se da por enterada de la bomba de relojería que tiene ahí metida. Parece increíble que a la Comunidad de Madrid tampoco le importe que esto suceda en el corazón de uno de sus espacios protegidos, el Parque Regional de la Cuenca Media del Río Guadarrama. Y desde luego, no nos sorprende que el responsable del desaguisado sea el Canal de Isabel II. 

A los que allí hemos estado se nos ha ocurrido que lo mejor que se podría hacer es limpiar aquéllo, que el río gane un espacio que le corresponde y que el muro de la presa pase a mejor vida. Hay que recordar que este embalse lleva sin uso desde 1975.

Un águila culebrera pasó ante nosotros y parece que también estaba de acuerdo ¿tú no? 


Valle del Aulencia

Sobre el canal del antiguo abastecimiento de agua del Aulencia

Bea nos está contando todo lo que sabe sobre el Parque Regional del medio Guadarrama


Dos intrépidas, concentradas en no caer en las aguas del Aulencia