El miércoles 4 de febrero se presentó en el Ateneo el "Mapa
de los horrores urbanísticos", horrores que poco a poco y a la chita callando está configurando
el gobierno municipal en nuestra ciudad. Para enmarcar un poco la cosa, podemos
decir que ante la amenaza de la aprobación de un Plan Urbanístico que lo que en realidad perseguía era el
expolio del patrimonio público, evitar el debate ciudadano y enriquecer las
arcas privadas, se crea la Plataforma ‘No
a este Plan Urbanístico. Por el derecho a la ciudad’ formada por una gran variedad de
asociaciones vecinales, ecologistas, casi todos los partidos políticos excepto
el PP, incluso ciudadanos a título personal, todos algo más que inquietos por
la posibilidad de que Madrid se convierta en otro cortijo. Entre todos estos colectivos estamos GRAMA.
Ya no hay Plan, de momento, no hay tiempo de diseñarlo y
aprobarlo antes de las elecciones de mayo, se deja pendiente al nuevo equipo de
gobierno (que miedito) aunque en la práctica se ha sustituido por actuaciones y
pelotazos urbanísticos aislados que por su número, en torno a 400 y por su
naturaleza, autenticas barbaridades en su mayoría, se constituyen en un Plan en
toda regla.
Con este panorama y para hacer pública esta situación, la
Plataforma presenta una herramienta en
forma de mapa en la que se plasman de forma conjunta gran parte de todos estos
horrores, podéis verlo aquí: https://noaesteplan.wordpress.com/mapa-de-los-horrores/.
Además, diferentes colectivos afectados expusieron su lucha en defensa de sus
barrios y sus espacios públicos; la operación Mahou-Calderón, el Edificio Plaza
de España, las cocheras del metro en Cuatro Caminos fueron algunos de los expuestos,
pero no son más que un escuálido ejemplo de la ristra de ignominias a las que
el Ayuntamiento quiere someter a nuestra ciudad.
Todo fue bien, pero lo verdaderamente destacable es la
acogida e interés despertado. Hace cuatro días, a un acto dedicado a un tema
tan árido como el urbanismo no hubieran asistido más de cuatro gatos, hoy, una
sala con aforo para 80 personas se ve colapsada apretándose unos 120
asistentes, un grupo numeroso haciendo cola en la puerta estirando el cuello
intentando oír y ver algo y la encargada de la recepción amenazando con llamar
a la policía por el desmadre y el colapso de la situación.
Parece que sí, por fin algo está cambiando.
Torres proyectadas en la operación Mahou-Calderón |
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