lunes, 7 de abril de 2014

EXCURSIÓN A LAS LLANURAS CEREALISTAS DE TORREJÓN DE VELASCO


Unas 50 personas decidieron pasar la mañana del sábado 4 de abril conociendo los campos de cereal del sur de Madrid y una de las especies de aves más emblemáticas y amenazadas de este tipo de ecosistemas: la avutarda. Convocados por ARBA, El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo, y con las sabias explicaciones de la gente de El Espartal, supimos que en Torrejón de Velasco se encuentra la principal población de avutardas del sur de Madrid y la principal colonia de cernícalo primilla, pero a pesar de ello, hay ojos interesados puestos en este territorio que pretenden transformarlo para convertirlo en cemento, asfalto y ladrillo.

Torrejón de Velasco es un municipio al sur de Madrid, limítrofe con la provincia de Toledo, con unos 4000 habitantes que todavía conserva cierta entidad de pueblo y unos valores naturales únicos en la región. Quizás ser una población que queda "detrás" de Pinto, Valdemoro o Parla han hecho que permaneciera "escondida" a la mirada de los crecimientos urbanísticos y de infraestructuras. Pero esta situación puede que esté a punto de cambiar. De hecho, si no fuese por la crisis, quizás esta excursión no hubiese sido realizada.

Si la construcción del vía de alta velocidad Madrid-Levante alteró y redujo seriamente el hábitat de las aves esteparias de Torrejón, la futura duplicación de la M-404 -o lo que es lo mismo, la M-60 en la sombra- transformará de forma irreversible la llanura cerealista y las posibilidad de que aves esteparias pueblen este territorio. Las carreteras no vienen solas y como se ha demostrado en los años de bonanza económica, son un medio para impulsar otros proyectos.

Así una gran Plataforma Logística fue proyectada en los sueños especulativos de la entonces presidenta Esperanza Aguirre, en Torrejón de Velasco. La amenaza sigue, aunque esté parada por la crisis, y espera momentos más propicios. Nada menos que 8 millones de metros cuadrados, situados entre Torrejón, Valdemoro y Pinto, que darían servicio logístico a los negocios del área metropolitana madrileña. Sueños de grandeza, pesadillas para la naturaleza.

Y con todos estos ingredientes, cómo un pueblo de pocos miles de habitantes iba a dejar pasar esta "oportunidad de desarrollo". Pues ahí está el Ayuntamiento de Torrejón para proponer una modificación urbanística con crecimientos al norte y sur, que le llevarían a tener unos 50.000 habitantes. Alguien puso una lamparilla en la iglesia del pueblo pidiendo a sus santos domésticos que por favor no acabe la crisis.

Al lado de estas amenazas, y alguna más, episodios más o menos cotidianos de caza ilegal, vertidos de escombros, molestias por vehículos a motor... se hacen pequeños. Resulta difícil pensar que quien haya visto alguna vez volar una bandada de avutardas, quien haya observado un macho haciendo la rueda -el ritual de exhibición de los machos de avutarda- o quien haya andado los páramos sureños de Madrid con la mente limpia y clara, pueda nunca realizar una actuación que modifique esta riqueza de todos. Las cincuenta personas que estuvimos el sábado allí al menos tenemos claro que hay tesoros que no se pueden destruir y que el hábitat de la avutarda de Torrejón merece conservarse.
¡¡Allí se ve una!!


Las llanuras de cereal de Torrejón de Velasco, penúltimo reducto de la avutarda en Madrid

Restos de la fortaleza de Torrejón de Velasco, lugar donde se encuentra la colonia de Cenícalo primilla.

Observando los cernícalos primillas

Echando un poco de alimento al estómago, que ver avutardas no veas como cansa
(las fotos son de Vicente -El Espartal- y de Luis -ARBA-)

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